¿Dónde se encuentra el inicio del todo en el Arte?
Sin lugar a dudas el dibujo es el pilar base, que como expresión que le nace al ser forma de manera prioritaria esa necesidad por mostrar sentimientos y emociones, por reflejar lo acaecido, lo que llega a los sentidos y como fundamental gusto o inquietud revelamos, manifestamos o evidenciamos siendo claro exponente de lo vivido.
De niños percibimos esa necesidad trasladándola a los muy diversos formatos que nos encontramos por el camino, creándose así en ciertas personas ese vínculo inseparable que les llevará a no dejar de referenciar lo adquirido a lo largo de su existencia.
Conductas, comportamientos, habilidades y energías complementan este proceso innato.
Aurora Torres es fiel ejemplo de ello.
Autora centrada en el dibujo y en ese juego figurativo cuyo principal aspecto es la necesidad por plasmar lo cotidiano unido a conceptualizaciones metafóricas que percibe en el día a día, aderezadas con difuminaciones tan necesarias en su obra y ese transitar por el claro/oscuro, por los sombreados tan característicos en su labor.
De temática diversa y sustancial gusto por el retrato dota a cada pieza de un valor especial por cuanto no son meras plasmaciones, por cuanto en su quehacer interviene de manera muy directa el proceso de la ternura, de la sensación y el afecto, de lo acertado que su pone poseer una especial sensibilidad que refleja a cada trazo y en la suma de los mismos.
De mente inquieta, productividad incansable e iniciativa desbordante Aurora es fiel reflejo de necesidad expresiva, de la exaltación del artista que nace como tal, de la imposibilidad por dejar de crear por cuanto toda su vida e inquietudes giran en torno a ello.
Se me hace imposible a estas alturas, aunque sea en tan poco tiempo, no reconocer o diferenciar uno de sus trabajos de un resto que se me presentara frente a mí, rasgo que como he insistido en mil ocasiones es el más valorado a mi forma de ver en un creador.
Aquella artista de mirada infantil que se recrea con sus lápices imaginando una dulce realidad en lo que todo se presenta como positivo, en la que un submundo imaginado complementa su obra, en la que apuesta por su gusto por el dibujo, por arriesgar en esta aventura que es el dar carácter de singular lo que tan común pudiera parecer.
Recuerdo haber visto tus primeros dibujos y haber pensado “tiene maneras de artista pero sin línea”, y sabes?, me equivocaba, al tiempo he comprendido que tu línea se centra o viene dada por tu gran capacidad de sentir la mezcla del entorno y el mundo creativo que pulula por tu cabeza, y eso no tiene precio porque un artista es fruto de sensibilidad y sentimiento, de lo que su propia razón le dicta sin influencias ni pesos sobre la espalda que desvirtúen su labor o naturaleza, y ello es soporte, base y fundamento en ti.
Francisco Arroyo Ceballos
De la Asoc. Internacional de Críticos de Arte AICA
